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No voy a dar un discurso moralista, sino invitar a reflexionar a la sociedad sobre lo que está sucediendo con nuestros hijos. Una noticia originada en Medellín, Colombia, le ha dado la vuelta al mundo; un embarazo prematuro develó un juego que estaría de moda entre algunos adolescentes colombianos; se trata del " carrusel sexual" que consistiría en que varias jóvenes se colocan en fila o en círculo para ser penetradas por sus amigos; el primero que eyacula pierde. Ninguno usa protección.
Hoy la chica de 14 años, que contó cómo se embarazó, no sabe cuál de sus amigos es el padre de su hijo. Sus padres están destrozados; dicen que creían haberle educado bien, además la enviaron a la fiesta con su hermano mayor, quien ahora confiesa que no pudo hacer nada porque había tomado tanto que apenas podía consigo mismo.
Nuestros hijos creen que el sexo es un juego y que la libertad sexual, a la cual tienen derecho, consiste en hacer lo que les da la gana con su cuerpo; el carrusel sexual nos dice que piensan que lo único importante es divertirse, sin pensar en los riesgos y responsabilidades que su libertad implica, que pasan por los embarazos prematuros, la transmisión de enfermedades sexuales y el aborto de criaturas víctimas de esta irresponsable actitud.
Esta realidad revela que estamos frente a generaciones de jóvenes a quienes la información les llega a velocidades impensables; mientras, los padres de familia callan, porque siguen creyendo que si les hablan de sexo a sus hijos despertarán innecesariamente sus instintos sexuales. ¡Despierten! Mientras ustedes esperan el momento adecuado para formar a sus hijos, ellos viven un bombardeo diario de información que es imposible parar y que para contrarrestarla, se necesita padres capaces de sentarse frente a sus hijos para darles una explicación oportuna, adecuada, clara, frontal, sin rubores, sin tabúes, sin tanta ignorancia, sobre lo que los chicos ven y oyen todos los días.
La educación sexual va más allá de la información y acceso libre a los anticonceptivos; los valores van más allá de la religión; y la solución al embarazo adolescente por este irresponsable manejo, no puede ser el aborto.
El " carrusel sexual" , el abuso de las drogas y el acohol, el bulying, que es causa de miles de suicidios en el mundo, son pruebas de que los chicos necesitan formación, y ese proceso está principalmente en manos de los padres de familia que no pueden seguir callados; y si hablan, sus respuestas no pueden limitarse a un porque no, porque es malo o porque es pecado.
El Estado-gobierno está haciendo lo suyo, facilitar la información y el acceso a los anticonceptivos. Pero mientras haya jóvenes sin formación sexual, segurián teniendo sexo sin protección; los anticonceptivos se podrirán en las bodegas del Ministerio de Salud y el problema del embarazo adolescente y las enfermedades de transmisión sexual seguirá creciendo. ¡Padres, reaccionen!

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